La destilería se fundó en 2017 por gran pasión y amor a la grappa, retomando el nombre de ‘branda’ como antaño, recuperando un pequeño cobertizo en la propiedad.
El corazón de la empresa es un pequeño alambique discontinuo de cobre con fuego directo, alimentado exclusivamente por leña, con una capacidad de 120 litros y 55 kg de orujo, que se mezcla exclusivamente con agua.
Nuestra filosofía es crear un producto de excelencia con orujos de primera calidad procedentes exclusivamente de uvas monovarietales de explotaciones piamontesas.
Las grappas se someten a una doble destilación discontinua tanto en la primera como en la segunda pasada, desechando siempre la cabeza y la cola para obtener el mejor resultado en términos de calidad.
Se producen unas diez grappas, entre secas y suaves, que pueden adquirirse directamente en la destilería o degustarse en restaurantes y bares locales.
